15 nov 2009

El Tanque de riego

Ya los primeros calores se hacían notar y había que regar los cultivos. Extendimos una larga manguera, que igualmente no llegaba hasta el final del terreno. Compré una regadera pero era incómodo caminar tanto cada vez que la llenara. Necesitaba un recipiente grande donde recargar mi regadera, y de donde poder utilizar agua cuando quisiera.
Así fue que una vez más revisando el galpón de las cosas archivadas… encontré una vieja lavadora. Allá la arrastré hasta el fondo y la convertí en mi tanque de riego.
Es bueno reciclar lo viejo en lugar de tirarlo. Que aunque no cumpla su función original, para algo aún sirva.
Heladera vieja = Incubadora para mis plantas bebé
Lavadora vieja = Tanque de riego para mi huerta.







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Con la manguera llenamos el "tanque de riego" y luego utilizamos el agua con la regadera, jarras o lo que queramos.








Limpieza del terreno

Ver El alambrado clic aqui.

La limpieza se dividió en varias partes.
Primero en cortar con la azada todo el pasto y yuyos que había.
Luego fui con una bolsa grande a juntar montones de basura que había contra el alambrado del vecino del fondo: bolsas, loza rota, plásticos, alambres, cables, tapas de botellas, cajas de cigarrillos, y dejo el resto para su imaginación...
Luego tuve que enrollar un viejo alambrado que otrora fuera parte de un gallinero que papá tenía. Este alambrado estaba semi- caído y muy enredado con todo tipo de malezas. Me dio bastante trabajo cortar todos los yuyos y enrollar el viejo alambrado.



¿Recuerdan cómo estaba antes el terreno?




Pues luego de una buena limpieza, quedó así ¿Bastante mejor no?




Por supuesto di vuelta la tierra e hice canteritos por todas partes, dejando lugar para caminar entre ellos.




Esta parte del alambrado hacia aqui, que no se ve tan prolija, es la zona de "guerra" de mis perros. Es que si uno quiere mezclar huerta y animales, hay que respetar a ambos. No es cuestión de pasarse de limpieza y que los perros deban estar atados porque nos disguta que corran o hagan pozos. Así que en su parte, todo está permitido. Vamos, que hay lugar y libertad para todos en mi fondo!




Este fue el comienzo de mi huerta. De aqui en mas comenzaría la experiencia de plantar, cuidar, regar y esperar a que mis plantitas evolucionaran...
¿Todavía no tienen huertita? Y qué esperan? Vamos! Manos a la obra!!

Alambrado

ALAMBRADO 1ª PARTE



Allá por febrero de 2008, tenía la firme idea de continuar lo que años atrás mi padre realizaba (cuando aún vivía y conservaba las fuerzas para plantar y cosechar en el fondo). Todo comenzó con la idea de alambrar parte del terreno para alejar a mis perros de los del vecino del fondo, que aunque ya había un alambrado, se pasaban peleando a través de él, así que decidí separarlos aún más por seguridad y de paso dejar un lugar para mis perros y otro para comenzar mi huertita urbana.
Manos a la obra. Hice todo sola (para quienes piensen que las mujeres dependemos de los hombres a la hora de cavar pozos, colocar palos, alambrar, limpiar pastizales, dar vuelta la tierra…). Pues yo no necesité la ayuda de ninguno y realmente disfruté muchísimo de mi trabajo..Hacía unos años que nadie plantaba nada en el fondo, por lo cual se había llenado de pasto y yuyos. Esto unido a que los vecinos del fondo tiraban basura a través del alambrado, como si fuera nuestro terreno un campo baldío.
Y para rematar, nuestros dos perros que corrían allí, hacían pozos, y sus necesidades por todas partes.
Si quería tener una huertita, debía comenzar por limpiar, por dar lugar a los perros y a las plantas… que cada quien tuviera su espacio.


Al principio creí que sería suficiente con dejar una especie de "corredor" contra la enredadera del vecino del costado (por cierto mucho más limpio éste que los vecinos del fondo)


Comenzando con el alambrado de "Corredor" - Febrero 2008




Ya había quitado el pasto de allí.


El alambrado iba desde la casita de los perros hasta varios metros al fondo.



En un lugar de este corredor cavé un pozo y allí tiramos durante unas semanas todo tipo de deshechos degradables para realizar un compost. (cáscaras de frutas, verduras, restos de café, cáscaras de huevos, etc.) Encima hojas secas. Le ponía una chapa con la cual aumentar el calor para la proliferación de bacterias que ayudaran a la rápida descomposición de los elementos. Mas tarde lo tapé con tierra.






Ese corredor del fondo quedó lindo. Allí con mi madre (quien está en la foto anterior) comenzamos plantando lechugas.



Poco después, este lugar resultaría demasiado pequeño para mi idea de huerta urbana.



ALAMBRADO 2ª PARTE



Esta parte del terreno era la que estaba al fondo, limitando con los vecinos de los perros, los que durante años nos habían estado tirando basura. Así que la tarea fue ardua. Sobre todo la de limpieza...



Agosto de 2008

Comencé con el alambrado. Utilicé unos palos que había por aqui y por allá. Los pinté de rojo, hice unos buenos pozos y allí los "planté"





Compramos alambrado y allí comencé a estirarlo... Pinzas y alambre y muchas ganas de trabajar.

Ah, también mi lindo taladro, para introducir en la pared unos tacos fisher y asegurar por medio de ganchos el alambrado.






Aqui va mi pobre Duque que ya se imagina resumido su lugar de juego... Bueno, Duque, no es para tanto... solo unos metritos menos.



El alambrado sigue estirándose hasta el limonero...




Da la vuelta al limonero...




Se estira un poco más....



... y así se une a la otra parte, al "corredor" que había alambrado en una primera etapa.






Así la parte del costado queda mucho más larga...

Luego vendría la limpieza del terreno. Clic aqui.

La Incubadora

Ya entusiasmada con mi huerta, compré semillas de diversas verduras. Algunas las plantaba directamente en tierra, pero otras eran más delicadas y las plantaba en potes que reciclaba (de dulces, yogures, etc.) Necesitaba un lugar que las protegiera ya sea de grandes lluvias (al principio tenía mis semillas y plantitas sobre un aljibe sellado, en potes reciclados, pero una fuerte tormenta me ahogó literalmente varias plantitas), protegerlas del fuerte sol, del viento, del frío de la noche…

En un galpón donde mi padre guardaba cosas viejas, yacía una heladera antigua, que él usaba como armario para sus cosas de pesca y demás. Estaba muy sucia y pensábamos cómo sacarla a la calle y dónde tirarla. Entonces “se me encendió la lamparita” y la “arrastré” fuera del galpón, la lavé lo mejor que pude y la convertí en una INCUBADORA para mis bebés vegetales. ¡Resultó excelente idea!

Desde entonces, guardo allí las macetitas pequeñas donde planto semillas y las resguardo hasta que crecen lo suficiente como para trasplantarlas. También sirve para salvaguardar plantitas y flores cuando veo que vienen fuertes temporales. La heladera vieja que papá guardó durante tanto tiempo es ahora la incubadora de mi huerta urbana.











23 de octubre 2008

























Maíz (los potes de primer plano)


29 de noviembre 2008




3 de enero 2009



Pitangas - 14 de junio 2009



Zapallitos - 15 de Noviembre 2009


Así está actualmente hoy el viejo aljibe. Tiene de todo un poquito encima:
plantitas de pitangas, albahacas, flores de rayitos, pensamientos y un coral (las flores rojas).
Encima del aljibe se extiende como enredadera mi Burucuyá.
Al fondo está la incubadora, aunque en esta foto ni se vea.



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